Relato: Historia de un gatito abandonado...

22 septiembre 2011

Hola holaaaaaaaa

Aquí os dejo un relato que escribí cuando estaba haciendo Bachillerato. Es una historia sobre un gatito (yo y mi afición por los minimos)... espero que os guste ^^

Historia de un gatito abandonado...

Nací en un lugar frio y oscuro. Es algo que me cuesta mucho recordar, aunque quizás no haya pasado tanto tiempo. Solo recuerdo ese viento helado que me calaba hasta los huesos, y yo que acababa de llegar, no sabía como protegerme ante aquello, dejándome indefensa ante el mundo. 

Aunque todo era un pasaje oscuro y sombrío, recuerdo que no estaba sola. No sabría decir exactamente cuantos éramos, pero la única presencia que yo notaba conocida sin saber porqué, era la de mi madre. Ella estaba allí, nos cuidaba a todos, nos alimentaba, nos daba su calor para sobrevivir… y yo lo único que podía hacer era alimentarme, intentar agarrarme a la vida con uñas y dientes, pues si de algo estaba segura era de querer vivir y seguir adelante.

No recuerdo cuanto tiempo pase allí, no podía ver mas allá de la gran oscuridad que lo rodeaba todo, mis esperanzas de seguir se iban agotando a medida que pasaba el tiempo. Desde un buen principio yo notaba que no estaba sola, pero muchas de esas presencias se iban apagando día a día, pero la mía no, yo seguía allí.
Notaba que a pesar del frio, yo me iba haciendo más fuerte a medida que conseguía comer un poquito más, pues la mayoría del tiempo dormía en un sueño aun más oscuro que mi propia realidad.  

Un día pude ver más allá. Pude abrir los ojos y enfrentarme a la realidad. No era tan oscura como yo creía. Primero solo pude ver cosas borrosas que se movían, creí ver a mi madre por primera vez y fui muy feliz. Cuando pude ver un poco más vi que eran esas presencias a mí alrededor. Eran como yo, pequeños supervivientes. En esos momentos me sentí llena por dentro, éramos muchos, no estaba tan sola como yo creía.

Cuando volví a despertarme de otro sueño oscuro y volvía a abrir los ojos con ganas de volver a sentir la misma felicidad por ver a mi madre y a todos, todo había cambiado. Ya no estaba en ese lugar que había visto, sino en otro mas luminoso y mas aterrador. Mi madre no estaba. La busque, la llame, lo intente una y mil veces y ella no me respondió. Por primera vez de verdad estaba sola en el mundo.

Cuando estaba tan desesperada que parecía que me iba a quedar sin voz de un momento a otro, apareció algo grande y extraño delante de mí. Me toco por todas partes, y no de la misma manera que yo sabia que hacia mi madre, era un tacto completamente distinto y carente de cualquier tipo de afecto. Me sacudió, me hizo dar muchas vueltas, y lo único que podía hacer para defenderme era gritar y gritar.

La cosa grande y extraña decía palabras raras, no se parecían a lo que yo llevaba escuchando de mi madre desde siempre. Yo le decía que quería irme con mi madre, que la echaba de menos, que tenia hambre y sueño. Pero aquella cosa enorme no me hacía ni el más mínimo caso. 

De repente noté algo frio por detrás, y que lentamente se iba distribuyendo por todo mi cuerpo, todo me pesaba, no podía gritar mas, ni moverme, y lo que mas me dolía era no saber donde podía estar mi madre. Y todo volvió a ser frio y oscuro.

Cuando desperté, volvía a estar en un lugar frio, pero distinto. No podía salir de ahí. Estaba rodeada por algo que no me dejaba atravesarlo para escapar. Por primera vez vi que estaba rodeada de muchos como yo, y a pesar de que yo creía que era la que mas gritaba, no lo era ni por asomo.

Pregunte a los que me rodeaban que donde estábamos, si me podían decir que era ese lugar.  El único que me dijo algo lo dijo en un tono muy triste, me dijo que era el fin de todo, que la suerte era lo único que importaba en ese lugar, que si quería salir de allí debía de ser buena, poner buena cara a todo lo que me mirase, y si ante todo tenia suerte, podría salir de allí.

Los días pasaban y pasaban y yo seguía en ese mismo sitio. En ocasiones venían cosas grandes como la que vi la primera vez, unas más grandes que otras, y se llevaban a alguno de los que me rodeaban. 

Hasta que un día me toco a mí. Una cosa pequeña, acompañada de otra más grande se me quedo mirando. Yo notaba que tenia la vista fija en mi, y que decía palabras extrañas hacia el mas grande. Apareció una tercera cosa, que abrió sin esfuerzo alguno aquello que me rodeaba, y me cogió en brazos sacándome de ese lugar. Los que me rodeaban dijeron que era muy afortunada, que fuese muy feliz y que viviese todo lo que ellos no harían.

La cosa pequeña me cogió en brazos, me dio calor, me hizo sentir como me hacia sentir mi madre, me hizo sentir querida. Me llevo hasta un lugar muy bonito. Me dio de comer y de beber, me cogía mucho, pero no de una manera que me hiciese sentir mal, así que yo me dejaba y le hacía sentir que a mi también me gustaba.
Más adelante me entere de que no eran cosas, sino que eran humanos. De que quien me hacia sentir como mi madre se llamaba Laura, y de que yo para ellos era la gatita Gala. De que tuve muchísima suerte de que me encontrase, pues de no ser así, no habría sobrevivido… ella me salvó la vida. 

Y todo eso me lo contó Alvin, otro gatito que vive con Laura y que también la siente como su madre. Él me contó eso y muchísimas cosas más, aunque no es algo que vaya a explicar, pues todo eso ya es otra historia…


Nos leemos!!




5 comentarios:

  1. Qué bonito Wendy y que tierno!
    Gracias por compartirlo

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  2. Me ha encantado la historia Wendy. Es preciosa porque tiene mucho sentimiento. Me alegra que termine bien :)
    ¡Un beso!

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  3. Qué monada *___*

    Un poco off-topic, pero si te gustan las historias de gatos (¿a quién no? XD) te recomiendo el manga "El dulce hogar de Chi". Los tomos son caros (12€) pero se te caerá baba con las monerías de la gatita Chi *__*

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  4. Jur k penita... Menos mal k lo adoptan... mu conseguido! Enhorabuena.

    Ves? Solo necesitaba tiempo mi niña

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