Sufrir por amor❤

Os traigo un relato nuevo que he escrito para el concurso random de Astarielle. Espero que lo disfrutéis tanto como yo escribiéndolo!

Sufrir por amor❤

Llevaba mucho tiempo siendo la mejor amiga de Raúl, como para no darme cuenta de lo que se traía entre manos. Hacía ya tres años que estaba enamorada de él, y eso era algo que no parecía ser un secreto para nadie excepto para Raúl. Pero yo sabía que algo notaba, porque últimamente estaba raro, se comportaba de manera diferente conmigo, y eso no podía deberse a otra cosa que al rechazo que empezaba a sentir hacia mí al haberse enterado de mis sentimientos.

Cada vez que quedábamos para ir al instituto en la puerta de mi casa hablábamos menos, ya no nos contábamos todo el uno al otro como antes, incluso vi que empezaba a hablar mucho más con Sandra, mi mejor amiga, que conmigo. Sólo esperaba no ser yo quien por casualidad se los encontrara besándose por los pasillos o escondidos como dos adolescentes enamorados. 

No dejaba de darle vueltas al asunto, a sentirme cada vez más cohibida al encontrarme a su lado. Tenía ganas de salir corriendo, de gritar y maldecir por todo lo que me estaba ocurriendo. Dejé de tener ganas de ir al instituto, me hacía sentir mucho peor de lo que ya me encontraba. No tenía ningún sentido ir, no quería verlos más juntos, hablando en voz baja para que yo no escuchara lo que se decían, cuchicheando mientras reían y se susurraban secretitos al oído, con un brillo en los ojos que yo sólo podía interpretar como amor. 

Finalmente decidí no ir más al instituto. No podía soportarlo. Nunca más. Sandra me llamó al móvil muchísimas veces, y yo no se lo quise coger ninguna. Me envió otro centenar de mensajes preguntando que me sucedía y tampoco le contesté. Nuestra amistad se estaba deteriorando a pasos agigantados. Ella sabía que yo estaba enamorada de Raúl, que habría hecho lo que fuese por él, y aún sabiéndolo, hizo caso omiso y también se había enamorado de él incluso parecía que Raúl le correspondía, ¿Cómo tenía las narices para llamarme a mi móvil y pedirme explicaciones después de todo lo que estaba haciéndome pasar?

Un día apareció Raúl en mi casa. Venía serio y se le notaba preocupado. Sandra le habría dicho que viniese para convencerme de volver al instituto, pero yo no caería, nuestra amistad nunca volvería a ser la de antes, y eso también le incluía a él. Raúl siempre había sido un chico muy hablador y risueño, de esos que tienen respuestas para todo por muy complicado que sea, pero esta vez no parecía tener ninguna. Su mirada me demostraba que guardaba una gran agonía en su interior y que había venido decidido a explicármelo todo. Por fin podría decirme lo que sentía por Sandra y romperme del todo el corazón.

Raúl se sentó conmigo en la cama, despacio, como con miedo a que le rechazase y huyese de allí. Pero esa era mi cama, y yo no huiría. Era mejor acabar con esto cuanto antes, dejar de sufrir por él era lo mejor. Además el tenerlo tan cerca después de tanto tiempo me había puesto como un flan y no podría haber salido corriendo aunque quisiera.

Me cogió las manos entre las suyas y las acarició muy suavemente. Me sorprendió su calidez, la tranquilidad y la harmonía que me producía un simple roce como aquel. Me pilló desprevenida. Noté como mis ojos se humedecían y mi corazón se preparaba para aquella estocada mortal que estaba apunto de darme sin contemplaciones.

Raúl pasó un dedo por mi mejilla, recogiendo una lágrima traicionera que había huido e intentado escapar lentamente de la prisión que habían creado mis ojos para todas las demás. Ya no podía verle, era una manchita borrosa situada delante de mí, había venido del mismísimo infierno para torturarme y hacerme sufrir, lo que yo sentía en esos momentos no lo olvidaría jamás. 

Lentamente cerré los ojos. No quería verle más. Quise gritarle para que se marchara, pero sus labios impidieron que dijera nada. Abrí los ojos de golpe y allí estaba él, ofreciéndome su alma con un beso salado por las lágrimas que recorrían mi rostro descontroladas. Lo que parecía un beso suave, fue volviéndose más apasionado que nunca. Raúl me estaba mostrando todos sus sentimientos con un beso lleno de amor y deseo. Aquel beso me hizo comprender que él también estaba enamorado de mí, que no se alejaba por amar a Sandra, sino por amarme a mí. Los celos me habían cegado por completo. Raúl siempre había sido mío y a partir de ahora lo sería más que nunca, porque yo le amaba con toda mi alma, pero él daría la suya por no dejar de hacerlo.

Me ha quedado un poco más largo de lo que esperaba, pero la emoción ha podido conmigo... 

¿Qué os parece? ^^

Nos leemos!!